
Amelia Lobón, madre de Antonio Gamoneda, en los años 90. © Foto: Archivo familiar.
AUSENCIA
Años estuvo ausente del espejo, pero una imagen definitiva viajaba extraviada en su cabeza. Por eso pedía exactas las horquillas, la tirantez del cabello.
Era ya muy tarde y aún reconocía a las nietas que la rodeaban en la fotografía; sonrió diciendo sus nombres, volvió a sonreír y preguntó entre el desconcierto y la ternura: ¿y quién es esta viejecita?
Frente al azogue gastado de tus ojos, en la transparencia de ese olvido, ahora desenredo lo turbio, peino el desasosiego.
AMELIA GAMONEDA LANZA
[Poema publicado en el libro ‘Los ojos que vieron el siglo: Nuestros Abuelos’. Museo de Salamanca. El Encinar: Brujazul, 1998.]