Artículo publicado en REVISTA CHILENA DE LITERATURA Abril 2007, Número 70, 185-189:
ANTONIO GAMONEDA
VISTO POR MARÍA NIEVES ALONSO
Por HUGO MONTES B.
Universidad de Chile
Lo primero sea decir que sin María Nieves Alonso yo no habría conocido a Antonio Gamoneda. A ella, a través de unas Notas para un diálogo, que publicó el número 65 de la Revista Chilena de Literatura, en noviembre del 2004, le debo mi inquietud por saber más de ese hombre de Asturias y de León, por leer sus relativamente escasos y siempre esquivos libros de poemas. A ella sobre todo a través de este estudio que hoy nos convoca –Partes iguales de vértigo y olvido, Calambur, Madrid-Concepción, 2005– la oportunidad de discurrir en común acerca de una persona y de unos poemas increíbles que, valga la frase hecha, todos deberían conocer, no solo por necesidad profesoral, sino también y sobre todo por urgencia humana.
Reducir a Gamoneda a las dimensiones legítimas pero limitadas de una profesión, resulta injusto y hasta torpe. Injusto, ya que a la vista de cualquier lector sensible, Gamoneda ha escrito una obra ahincada en la hondura del hombre, en sus raíces de ser único vinculado a la vida y a la muerte –crece la muerte con la vida, nos dice–; al silencio y a la voz que a muchos, si no a todos, nos expresan. Y torpe, porque en su lectura crecemos, gozando y sufriendo a la vez, mucho más allá de las fronteras meramente profesionales de la clase o de la crítica literaria.
(…)
* Escrito presentado el 9 de noviembre de 2006 en la Universidad de Concepción, Departamento de Literatura. Antonio Gamoneda ha recibido recientemente los Premios Reina Sofía y Cervantes.
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