
El poeta Jordi Doce.
DOS POEMAS PARA ANTONIO GAMONEDA
ESCUCHA el ulular del viento contra el muro;
la hiedra, las acacias baten la piedra sin descanso
y dividen el tiempo como tiernas cuchillas.
Yo te he visto en los intervalos: la luz
a rachas alumbraba tu rostro en la tormenta.
Eras tú y no eras: pues en la oscuridad
yo te llamaba y tú me respondías,
y también era tuya esa negrura,
tuya como el eco absurdo del viento.
(1992)
TEMBLOR de la palabra,
fragmento de sol hecho prisionero
en el cielo velado de la lengua,
fogata impredecible
que baila y se adelgaza
antes de cobrar nuevo impulso,
como manos anónimas
agitan una antorcha
en mitad de la mar,
señal de quién y su naufragio
bajo la boca informe de la noche,
bajo el callado circo de la noche
y su voraz audiencia.
(1998)
JORDI DOCE
(‘Con Antonio Gamoneda’, en «Los poetas de Zurgai», Zurgai, 2001)