
Antonio Gamoneda.
[Reproducimos un artículo de Ángel Salguero, en torno a la visita de Gamoneda a Valencia en mayo de 2016 para participar en el primer Festival Poético de Benimaclet. El artículo se publicó el 30 de mayo de 2016 —día en que el poeta celebró su 85 cumpleaños— en la plataforma digital Poética 2.0]
Antonio Gamoneda, 85 años de lucidez
Por ÁNGEL SALGUERO
Antes de hablar, Antonio Gamoneda cierra los ojos apenas unos segundos. Se vuelve hacia el interior en busca de las palabras exactas, a ese lugar donde también habita la poesía pura que le da el oxígeno, los versos que ha ido rescatando desde hace más de sesenta años. Es sábado por la mañana, a sólo unas horas de su recital en el primer Festival Poético de Benimaclet, en Valencia. Estamos sentados en una cafetería de la Estación del Norte, un punto de encuentros y de despedidas, de comienzos y de finales.
El poeta destapa su pluma estilográfica y comienza a trazar líneas sobre una página de periódico. «No dibujo muy bien», dice, «pero creo que os podéis hacer una idea». Sobre el papel toma forma un desfiladero con rocas afiladas y una corriente de agua deslizándose hacia el vacío. «Así ve el mundo un fotógrafo, un artista que reproduce la realidad», explica Gamoneda. Ahora, en otra esquina de la misma página, dibuja de nuevo un paisaje de rocas, esta vez más redondeadas: dos formas definidas, superpuestas, que se extienden sobre el horizonte. Pero una mirada más atenta descubre que esas rocas no son tales, sino dos cuerpos entrelazados, y que la cascada que les rodea es en realidad la sábana del lecho. «Así», asegura sonriendo, «ve el mundo un poeta».