Por LILIA OVALLE
Publicado en el digital mexicano Milenio (27.02.2021)
A Erich Fromm cuando analizó el concepto de la esperanza, le pareció que la mayor parte de la gente no reconoce sentir miedo, fastidio, desesperanza o soledad pues el patrón social supone que el hombre de éxito no tiene sentimientos y por tal no debe decirse aburrido, solo o deprimido. Por tal debe anular cualquier signo de miedo o duda; de aburrimiento y esperanza. Y aunque el psicólogo agudizó la mirada al reconocer que las palabras son insuficientes para describir una experiencia, apuntó que la poesía, la música y otras formas del arte resultan los medios adecuados para describir la experiencia humana cuando se habla del amor, del odio o de la esperanza.
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—¿Qué está escribiendo en este momento? ¿La pandemia ha abierto la página para poder realizar un discurso en torno a ella?
—Explícitamente quizá yo, en lo que estoy trabajando ahora, quizá no menciono el hecho actual, histórico de la pandemia, quizá no, pero si yo soy auténtico en relación con mi tiempo y con la vida humana mía y la que está entorno a mí, tengo que respirar esas mismas circunstancias y necesidades y de alguna manera tiene que aparecer ese antecedente. Creo que esto sí se produce aunque yo no haya mencionado en el último año con sus letras la pandemia llamada covid, a la cual yo queriendo poner un poco de… no sé, quitarle aspereza a la imagen, trato de echarle humor o ironía y le digo ‘El bicho coronado’.